domingo, 25 de noviembre de 2012

Todos los nombres


Como un gesto de camaradería con el imaginario señor José, escribo a las tres y media de la mañana, hora en la que debería estar dormido recuperando fuerzas para el día siguiente.



Mi sacrificio no es legítimo. Si me levanto tarde trabajo más horas y no pasa nada. Sería legítimo si fuera uno de los días en los que debo batirme a muerte con el despertador, pidiéndole plazos, tirando puños al aire para por lo menos ganar un poco de dignidad en una pelea que nació perdida. Se da por descontado que el tiempo tiene ganada la pelea y creo que es por eso es que los despertadores son tan altaneros y estridentes: ellos no tienen nada que perder. La necesidad nuestra los hace inmortales.

No tiene presentación un despertador que con voz sensual de mujer -o de hombre para tener en cuenta los gustos particulares- diga : Levántate si quieres, sigue durmiendo si te apetece, que el mundo quieras o no sigue dando vueltas y no depende de ti. ¿Qué tan grave puede ser que faltes un día? Anda ya, descansa un poco que te lo mereces.

No. Un representante del tiempo en la casa tiene derecho a sonar mal. Por no hablar de la obligación.


Me da susto no leer.

Ayer respondí que no había escrito nada porque no había leído nada ni vivido mucho y entonces no tenía mucho que decir. No hace falta contar la pregunta. Me dio un poco de susto y alguna tecla subconsciente saltó y hoy leí más de 150 páginas en portugués sin sentir el cansancio que usualmente me produce esta actividad. Ahora juzgo y condeno al cansancio, a un castigo que queda por definir, dejando lugar para que llegue el indulto y la pereza vuelva.

No me da susto no escribir. En algún momento (que para mí no ha llegado y está lejos de llegar) uno se gana el derecho de decir que escribir no es importante, cuando ya no es una necesidad, cuando ya no suena arrogante, cuando ya uno se ha ganado la tranquilidad mental que llega con los años. Cuando uno ha leído lo suficiente o cuando uno ya se ha cansado de leer.

Ordenar cosas da tranquilidad. Barrer la casa más de una vez. Siempre sale un poco de polvo que uno no alcanzó a ver la primera vez o que se había escondido. Organizar letras negras sobre color blanco. Escogerlas. Traerlas del universo platónico en el que infinitos monos imitan y mejoran a Shakespeare. No es raro que los que aman escribir digan que es porque los hace sentir con vida, si para comenzar, es un examen que evalúa el aceptable funcionamiento de ese cúmulo de neuronas, que para no dar tantas vueltas discutiendo procesos mentales de los que poco se sabe, son las responsables del movimiento de los dedos.

"A sabedoria dos tectos é infinita, Se és um tecto sábio, dá-me uma idéia, Continua a olhar para mim, às vezes dá resultado". Todos os nomes / José Saramago, p. 157.


Sin llegar a prometerlo: creo que trataré de leer rápido algunos libros antes de que acabe el año para que la ciega métrica del promedio no me trate tan mal. Probablemente seguiré con Saramago.

Siguiendo ese camino estaré más solo, con seguridad ... igual las multitudes no son lo mío. Es gracias a este libro y a el Señor José, o a su creador, o a su hipotético creador (paremos acá que esta discusión es muy larga) que este weblog gana un nombre nuevo y hasta un poco de identidad. Ya veremos cuánto dura.

Voy a dormir 5 horas. Me da vergüenza levantarme más tarde. Pondré el despertador.

martes, 6 de noviembre de 2012

Mafia (Juego)

Hace poco jugué Mafia con un grupo mediano de personas. El juego también se llama Werewolf. Me pareció divertido. Hay que aprender a mentir y a descubrir a los que mienten.

Después de jugar escribí un programa para simular las probabilidades de que la mafia gane (o que el pueblo gane).

Poco después encontré un paper en el que resuelven el problema analíticamente y me sorprendí porque la simulación que escribí aproxima bien los resultados. Es el mismo modelo, simular es mucho más fácil que hacer las demostraciones.

Es bien interesante que la probabilidad de que la mafia gane varía mucho si el numero de jugadores es par o impar. Esto se debe a que cuando el numero de jugadores es par puede ser necesario resolver empates al azar y eso no le conviene a la mafia. Además, se necesita un turno más para que la mafia logre ser mayoría.





Quiero crear una tabla en la que se incluyen jugadores con el rol de detective, que es alguien del pueblo que tiene un turno en el que puede preguntar (señalando) si alguien hace parte de la mafia o no. Solo con este rol para no complicar la simulación ni hacer que la tabla sea muy grande.

La idea es que la tabla sirva para que al jugar uno pueda seleccionar los roles apropiados (dependiendo del numero de jugadores disponibles) para que la probabilidad de ganar sea similar para el pueblo y para la mafia. Y al mismo tiempo para que el número de roles activos (diferente a ciudadano del pueblo) no sea tan pequeño en relación al número total de jugadores.

Algunos enlaces: